Ya son más de las seis de la tarde. El movimiento de retorno a casa se vive en todos los lugares. Muchos toman un taxi; la música que lleva el conductor o bien saca una sonrisa o le sube más el estrés al pasajero. Entre estas cosas y otras adicionales se cierra la jornada y culmina un día mas de labores.
Los últimos rayos de Sol se vislumbran en el firmamento, allí donde algunos ponen fija su mirada. Esos rayos nos han iluminado durante todo el día, o en su gran parte; sea como fuere, solo queda una tenue luz del Sol y ya no quema, mas bien nos brinda un hermoso y bello paisaje que deja ver lo verde de nuestros campos.
Un ligero viento antes de que el Sol "muera" o "se tenga que ir a dormir" nos refresca. Pero es obvio que el Sol no muere ni mucho menos; son esas expresiones a las que ya nos hemos acostumbrado. Los últimos rayos de Sol son solo por ese día, al siguiente la estrella mas cercana a nuestro planeta tendrá otra oportunidad de brillar con toda su intensidad. Así de fácil fueran nuestras acciones.
Muchas veces, por ejemplo nos vemos en problemas; la ciudad incluso los tiene y muchos. Pero seria bueno reflexionar que en múltiples ocasiones tenemos la facultad de solucionarlos en parte o incluso hasta en su totalidad.
Cuando el reloj ha marcado las 7 PM la noche nos abraza pero las luces de alumbrado público ya se han encendido. Para entonces algunos leen de forma atrasada la noticia de algún diario, o prefieren ver la TV. Otras miran las noticias locales.
El Sol se oculta cada día, porque "el mundo da vueltas". Lo que ayer estaba hoy ya no. Por eso tenemos que aprovechar hasta los últimos rayos del Sol para que nuestra ciudad se acerque cada vez a lo que todos anhelamos.
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